LA HISTORIA DEL SEMÁFORO
Los vemos todos los días, a veces hasta no los respetamos, la mayoría de las veces sí, estan ahí y no sabemos a quien se les ocurrieron esos colores ni esa forma, así que hoy hablaremos de esos personajes que nos esperan en cada esquina: los semáforos.
La historia de los semáforos se remonta a las señales de los trenes, pero más atrás todavía el primer uso de «semáforos» lo hacían las tropas napoleónicas para comunicarse entre sí en el campo de batalla.
Banderas de colores, cada una significando una orden o status, un telescopio desde el puesto de mandos y ya tenías una comunicación a larga distancia, imprescindible en épocas sin electricidad.
Esta idea fue llevada luego a los trenes, el sistema ferroviario también necesitaba avisar a la distancia a un tren si podía o no entrar a una estación y evitar un accidente, así desde 1842 en Inglaterra empezaron a usar señales que fueron estandarizando durante los siguientes años, en 1870 lograron unificar las ideas y tener un sistema bastante entendible que se extendió por todo el mundo, más si los trenes de tu país son de origen inglés.
Obviamente en un principio fueron mecánicas, paletas con colores y señales que se levantaban o bajaban a palanca o por poleas y contrapesos, muchos trenes todavía las usan así, pero a las calles de las ciudades llegaron recién en 1868 en las puertas del parlamento Británico, justamente en el país que ya había adoptado no sólo la industria ferroviaria masiva si no que los carros complicaban el moverse en las calles, en vez de idear algo distinto usaron lo que tenían.
Y fue un ingeniero ferroviario, J. P. Knight, quien las instaló en la puerta del parlamento, un lugar muy transitado, con dos brazos mecánicos, uno rojo, uno verde, y una lámpara de gas para su uso nocturno, lamentablemente en apenas un mes explotó (por su lámpara de gas) matando al policía que la operaba ¡Qué mal comienzo para los semáforos!
La idea no se descartó, una falla técnica era menos importante que el desastre de tráfico londinense, así que se empezó a adoptar en todos lados. En 1910 Earnest Sirrine lo modificó para que sea automático y no requiera un operador.
Pero el semáforo eléctrico que conocemos proviene de los EEUU que aunque era manual su operación utilizaba luz eléctrica para la roja y la verde, creado en 1912 por Lester Wire en Salt Lake City, poseía un zumbador para avisar del cambio de luces y además se podía cambiar su funcionamiento para que los bomberos y policía tuviesen control. El primer diseño automático data de 1917, patentado por William Ghiglieri de San Francisco, EEUU, con modo manual para aquel que lo requiera, pero la automatización empezaba a tomar el poder del semáforo.
La luz amarilla es una invención posterior, el primer diseño del oficial de policía de Detroit, William Posts, de 1920 y otro de 1922 de T.E.Hayes, la idea de esa luz intermedia empezó a usarse en muchos lugares del mundo, mas no en todos!
Fue el primer sistema interconectado, donde no era independiente cada semáforo si no que eran parte de un todo, aun siendo manuales pero se podían operar a mano los seis coordinando el tráfico. El primero combinando todo, eléctrico, automático e interconectado es el de Houston en 1922.
En Inglaterra tardaron un poco más en llegar, recién en 1927 se realizó el primer experimento de un semáforo totalmente automático en Wolverhampton.
La informática llegó, tarde o temprano debía hacerlo, en 1963 en Toronto, bueno, lo más «computarizado» de la época que eran relés o revelador y válvulas controlando el uso de las luces interconectadas.
Recién en los 90´s se empezaron a utilizar en algunos países contadores en los semáforos, a mi gusto son geniales, pero en la mayoría de los casos se usan para los semáforos de peatones.
En algunos países el amarillo es naranja y el caso más interesante es el semáforo peatonal de la vieja Alemania Oriental, el Ampelmännchen, es el más simpático de todos los semáforos se encuentra en Berlín donde cuando el gobierno quiso unificar los semáforos generó la protesta de todos los berlineses.
Es algo así como la figura contestataria de la juventud berlinesa, es como un desertor del capitalismo moderno y un emblema de la contracultura under de la ciudad, con el tiempo pasó a ser marketing y venderse a los turistas. El municipio de Berlín aceptó dejarlos, modernizando el equipamiento pero dejando estos semáforos. No faltó la feminista que cambió algunos por la Ampelfrau, que es, obviamente, una dama cruzando la calle 😀
En algunos países se dieron cuenta que el rojo y el verde no eran los mejores colores para los daltónicos que, justamente, en algunos casos no pueden diferenciarlos para nada. Así que se sumaron formas en las luces, cuadrados, rombos, círculos, para que cada luz tenga la posibilidad de, por la forma, identificarse.
También están los auditivos, para los peatones ciegos, otros usan flechas y en los últimos años aparecieron los más ecológicos y duraderos, con lámparas LED en vez de las ineficientes incandescentes.
Todo esto satisfaciendo el objetivo de conseguir una mayor fiabilidad y seguridad pública para nosotros los ciudadanos!